lunes, 20 de julio de 2009

C O N T I G O











Tenía el alma henchida en franca alegría,
Tus manos acariciaban a las mías
Como la brisa al atardecer en un campo en flor.
El cortejo de palabras absurdas se quedó sin voz.

¿Te acuerdas de aquellas veces: rendidos,
En que al final de un abrazo sincero
Extendíamos nuestros brazos y manos
Entrelazándo los dedos con un "te quiero"?

El cortejo de palabras absurdas se quedó sin voz,
Y se acariciaban los dedos y las manos
En un antiguo ritmo que sólo el alma entiende
Que donde hay fuego una caricia genera calor.

"No me dejes vida mía dame siempre tu perdón,
Tómame como siempre de mis manos
Y no me sueltes núnca sin decirme amor".
Si las palabras no afloraron por ser innecesarias
El corazón sintió diciéndote cuánto te quiero.

Creatividad2010.blogspot.com
Mi E-mail: contigocar@yahoo.com

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