sábado, 1 de enero de 2011

RECONCILIACIÓN















Hay que ver cómo se disfruta la vida:
a ratos riendo, otras veces peleando,
como nubes tormentosas acechando
sobre mansos riachuelos a la deriva...

¡Pero qué más del amor que nos tenemos,
si entre palabras se frunce el entrecejo!...
no tienes mis desmanes como un consejo...
pero sí mi amor... ¡para que nos amemos!

¡Qué dicha se saborea en el perdón!...
al extender las manos para animarte
o arrimar las tuyas a mi corazón.

¡Que dulce es verte sonreír y encontrarte,
llevar tu gracia y paz al corazón,
lleno de los privilegios para amarte!

Carlos Guzmán

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